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La Comunión anglicana es una afiliación mundial de Iglesias anglicanas en plena comunión con la Iglesia de Inglaterra y específicamente con su primado, el arzobispo de Canterbury. Con noventa y ocho millones de miembros, la Comunión anglicana es la tercera comunión cristiana más grande del mundo, tras la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. La expresión “Comunión Anglicana” la utilizó por vez primera un obispo americano enviado en 1847 a Constantinopla como representante de la Iglesia americana ante las iglesias orientales. Luego se empleó en la primera Conferencia de Lambeth en 1867.
La condición de estar en plena comunión significa que todos los ritos efectuados en una Iglesia son reconocidos por la otra. Algunas de estas Iglesias se reconocen explícitamente como anglicanas, expresando en su nombre su vínculo con Inglaterra (Ecclesia Anglicana significa la «Iglesia anglicana» en latín), otras, tales como las Iglesias episcopales estadounidenses y escocesas, o la Iglesia de Irlanda, prefieren un nombre distinto. Cada Iglesia tiene su propia doctrina y liturgia, basadas, en la mayoría de los casos, en las de la Iglesia de Inglaterra; y cada Iglesia tiene su propio sistema legislativo y política episcopal, bajo la dirección de un primado local (obispo moderador, arzobispo, obispo presidente, u otra nominación).
El arzobispo de Canterbury, jefe religioso de la Iglesia de Inglaterra, no tiene ninguna autoridad formal fuera de su jurisdicción, pero es reconocido como jefe simbólico de la Comunión anglicana mundial. Entre los otros primados, él es un primus inter pares, o «primero entre iguales». Si se compara al arzobispo de Canterbury con otros líderes religiosos, como el papa católico, por ejemplo, esto es debido únicamente a su papel prominente y figuración en los medios de comunicación, puesto que no posee ninguna autoridad formal fuera de su provincia. No obstante, las Iglesias no se pueden considerar parte de la Comunión anglicana a menos que estén en completa comunión con él.
Aunque no se consideren miembros, algunos cuerpos no anglicanos (ni por origen ni por tradición) han entrado en comunión con la Comunión anglicana en su totalidad o con alguna de sus Iglesias constitutivas en particular.
Existe también un número de comunidades de origen y tradición anglicana que, sin embargo, se han separado de una Iglesia miembro de la Comunión anglicana. Han dejado así, por ejemplo, de estar en comunión con Canterbury, aunque pueden estar en comunión con alguna otra provincia individual de la Comunión. No obstante, estos cuerpos se autodefinen como anglicanos y son referidos como anglicanos por el arzobispo de Canterbury. Muchos son parte del Movimiento Anglicano de Continuación.